¿ARGENTINO O IGNORANTE?
Navegando por la Web he sido informado que algunos periodistas cibernéticos intercambian de lugar las letras de la palabra "argentino" para resultar "ignorante".
De algo conozco y estoy seguro, aun siendo argentino, que no todos somos iguales y que algunos reconocemos
De algo conozco y estoy seguro, aun siendo argentino, que no todos somos iguales y que algunos reconocemos
nuestra ignorancia idiosincrásica y nuestra cultura inculta, atada al atraso (como el ratón calavera de nuestra ilustración), aislada del mundo y de la realidad, al auto-engaño, el engreimiento y el sometimiento y servilismo pueril a la tradición.
En nuestra querida Patria Argentina ni los así llamados "cristianos" se conocen a sí mismos, al menos en lo elemental. Quizá ningún hecho vivencial en nuestro país y desde nuestra historia casi bicentenaria haya sido providencialmente tan desenmascarador de la realidad ignorante, individualista y aturdida del pueblo argentino, como el reciente conflicto suscitado entre ruralistas y Gobierno.
En un costado de la cuestión, se critica que el Gobierno, o al menos su antecesor, no tiene buena disposición al diálogo con los Medios, pero ningún periodismo impreciso, parcialista y sectorizador que opina con peyorativas, discriminaciones y parcialidades, como bien resume el Decreto 1086/05 en el Plan Nacional contra la Discriminación, es periodismo serio, digno de ser tenido en cuenta a la hora de la información y la formación de la opinión pública.
Los “cristianos” (católicos y evangélicos), unos gobernaron el país durante 197 años generando las desigualdades e injusticias de hoy, y estableciendo la clase de cultura de los patrones y lacayos, corporacionistas y mendigos que hoy permea la idiosincrasia de la mayoría de nuestros connacionales. Los otros, desatinados bajo el mismo manto de ignorancia en grado superlativo de los preceptos bíblicos de orar por el Gobierno y buscar la reconciliación de los hombres, han cometido vergonzosamente el pecado de dividir al país, o al menos profundizar este mal, al empapelar el país con eso de que “Estoy con el campo”.
El pueblo casi siempre opinó que a este país habría que gobernarlo con mano dura. Se ha desconfiado del Congreso y criticado a los legisladores. La mayoría votó por el actual Gobierno. Hoy, ya asoma al vilo de la mayoría los que perviven, mientras los Country’s aumentan.
Vino Kirchner con más dureza de mano que sus antecesores inmediatos, y se lo tilda de populista, dictador y personalismos. El Congreso que otrora no servía, o mejor, sólo servía de madriguera, de pronto que traten el Decreto 125 sería constitucional y ganancia democrática. La misma mayoría “Kirchnerista”, incluidos algunos “Radicales K” y “Peronistas” como los señores Cobos, Scioli y Solá, entre otros, ahora traicionan su propia fuente, y en muchos casos aquellos que alegaron una posición en lineamiento con el Gobierno terminaron confrontándolo.
La Legisladora chaqueña Corregido, según ha trascendido, traicionó sus mismas convicciones al ver el lloriqueo de algunos “pequeños y medianos agricultores” de su provincia, por lo que terminó votando “a favor” de éstos.
Para quien estuvo casado 33 años con hija de colono sojero, hasta la separación por la muerte, ningún pequeño o mediano productor rural como ellos en el país, jamás vivió la agonía que experimentan a lo largo de toda la vida millones de habitantes de las ciudades, y que al fin, engañados o no, o justificados apenas en parte por estos dos últimos gobiernos, comienzan a tener esperanzas en que algún día la riqueza de la Madre Natura provista por el Padre de Todos en el país de los hermanos de una misma Patria, llegue a ser equitativamente distribuida.
Tales agricultores y hacendados que conozco, considerados “pequeños y medianos”, aun en los peores años de cosecha no han dejado de comprarse lujos, de hacer estudiar a sus hijos (¿Para qué?, ¿Para que dejen de ser ruralistas?) Parece ser evidente que saben que entre los que matan y los que joden, y los que legislan y los que gobiernan, sus imperios se volverán eternos si alguno de los suyos los representaran.
Pueden argumentarse miles de excusas para seguir manteniéndose imperios de poderosos y corruptos, no obstante, parece ser entendible que el buen político, una vez en el Gobierno, no tiene prioritariamente ningún deber para con sectores o segmentos sociales que lo hayan promovido, como sí todo por el país y la unidad de la Nación. Sino, los demás sectores sociales también debieran procurar estar presentes en las Campañas con su lloro ante legisladores, que, luego en el Gobierno para tapar sus mezquinas pretensiones de permanecer en “el Poder”, alegan defender a algún sector y servirles de pañuelo.
Personalmente, nunca jamás ningún rico me ha dado un solo centavo sin que yo trabaje, y ningún Gobierno jamás me posibilitó nada. No obstante, somos una familia de cinco ciudadanos (ya desmembrada; quedan cuatro) dignos, que oramos siempre por el país y el Gobierno, cualquiera sea, y nos disponemos a colaborar en cuánto podamos. Una autentica conciencia cristiana no puede menos que proteger la Ley, La Gobernamentalidad Democrática, el orden y la paz, como dijera Don Orione (si no me equivoco): “A Dios rogando y con el mazo dando”.
Todavía nada hay de resultados de una u otra posición en el país, y aunque se pueda asegurar que los propósitos o planificación gubernamental para con las retenciones son huecos y carentes de sensatez, parece ser más insensato que en Mi país, Su país, estimado argentino, siempre los poderosos vuelven a ganar, y se van siempre con las vaquitas a otro lugar, mientras EL PUEBLO sigue padeciendo hambruna, desprotección e indefensión asoladora.
Algún día “los cristianos” habrán de dar cuenta ante Dios de no solamente no orar por el Gobierno y no apoyarlo fehacientemente, sino además, de aliarse siempre, consciente o inconscientemente con los sectores más asesinos del mundo, pues, Jesús aseguró que “a los pobres siempre lo tendríamos con nosotros”, y él mismo priorizó y dio preferencia al pobre para protegerlo de los ruralistas, ricos y hacendados, politiqueros y corruptores de antes, siempre presentes en nuestra civilización “cristiana y occidental”.
En nuestra querida Patria Argentina ni los así llamados "cristianos" se conocen a sí mismos, al menos en lo elemental. Quizá ningún hecho vivencial en nuestro país y desde nuestra historia casi bicentenaria haya sido providencialmente tan desenmascarador de la realidad ignorante, individualista y aturdida del pueblo argentino, como el reciente conflicto suscitado entre ruralistas y Gobierno.
En un costado de la cuestión, se critica que el Gobierno, o al menos su antecesor, no tiene buena disposición al diálogo con los Medios, pero ningún periodismo impreciso, parcialista y sectorizador que opina con peyorativas, discriminaciones y parcialidades, como bien resume el Decreto 1086/05 en el Plan Nacional contra la Discriminación, es periodismo serio, digno de ser tenido en cuenta a la hora de la información y la formación de la opinión pública.
Los “cristianos” (católicos y evangélicos), unos gobernaron el país durante 197 años generando las desigualdades e injusticias de hoy, y estableciendo la clase de cultura de los patrones y lacayos, corporacionistas y mendigos que hoy permea la idiosincrasia de la mayoría de nuestros connacionales. Los otros, desatinados bajo el mismo manto de ignorancia en grado superlativo de los preceptos bíblicos de orar por el Gobierno y buscar la reconciliación de los hombres, han cometido vergonzosamente el pecado de dividir al país, o al menos profundizar este mal, al empapelar el país con eso de que “Estoy con el campo”.
El pueblo casi siempre opinó que a este país habría que gobernarlo con mano dura. Se ha desconfiado del Congreso y criticado a los legisladores. La mayoría votó por el actual Gobierno. Hoy, ya asoma al vilo de la mayoría los que perviven, mientras los Country’s aumentan.
Vino Kirchner con más dureza de mano que sus antecesores inmediatos, y se lo tilda de populista, dictador y personalismos. El Congreso que otrora no servía, o mejor, sólo servía de madriguera, de pronto que traten el Decreto 125 sería constitucional y ganancia democrática. La misma mayoría “Kirchnerista”, incluidos algunos “Radicales K” y “Peronistas” como los señores Cobos, Scioli y Solá, entre otros, ahora traicionan su propia fuente, y en muchos casos aquellos que alegaron una posición en lineamiento con el Gobierno terminaron confrontándolo.
La Legisladora chaqueña Corregido, según ha trascendido, traicionó sus mismas convicciones al ver el lloriqueo de algunos “pequeños y medianos agricultores” de su provincia, por lo que terminó votando “a favor” de éstos.
Para quien estuvo casado 33 años con hija de colono sojero, hasta la separación por la muerte, ningún pequeño o mediano productor rural como ellos en el país, jamás vivió la agonía que experimentan a lo largo de toda la vida millones de habitantes de las ciudades, y que al fin, engañados o no, o justificados apenas en parte por estos dos últimos gobiernos, comienzan a tener esperanzas en que algún día la riqueza de la Madre Natura provista por el Padre de Todos en el país de los hermanos de una misma Patria, llegue a ser equitativamente distribuida.
Tales agricultores y hacendados que conozco, considerados “pequeños y medianos”, aun en los peores años de cosecha no han dejado de comprarse lujos, de hacer estudiar a sus hijos (¿Para qué?, ¿Para que dejen de ser ruralistas?) Parece ser evidente que saben que entre los que matan y los que joden, y los que legislan y los que gobiernan, sus imperios se volverán eternos si alguno de los suyos los representaran.
Pueden argumentarse miles de excusas para seguir manteniéndose imperios de poderosos y corruptos, no obstante, parece ser entendible que el buen político, una vez en el Gobierno, no tiene prioritariamente ningún deber para con sectores o segmentos sociales que lo hayan promovido, como sí todo por el país y la unidad de la Nación. Sino, los demás sectores sociales también debieran procurar estar presentes en las Campañas con su lloro ante legisladores, que, luego en el Gobierno para tapar sus mezquinas pretensiones de permanecer en “el Poder”, alegan defender a algún sector y servirles de pañuelo.
Personalmente, nunca jamás ningún rico me ha dado un solo centavo sin que yo trabaje, y ningún Gobierno jamás me posibilitó nada. No obstante, somos una familia de cinco ciudadanos (ya desmembrada; quedan cuatro) dignos, que oramos siempre por el país y el Gobierno, cualquiera sea, y nos disponemos a colaborar en cuánto podamos. Una autentica conciencia cristiana no puede menos que proteger la Ley, La Gobernamentalidad Democrática, el orden y la paz, como dijera Don Orione (si no me equivoco): “A Dios rogando y con el mazo dando”.
Todavía nada hay de resultados de una u otra posición en el país, y aunque se pueda asegurar que los propósitos o planificación gubernamental para con las retenciones son huecos y carentes de sensatez, parece ser más insensato que en Mi país, Su país, estimado argentino, siempre los poderosos vuelven a ganar, y se van siempre con las vaquitas a otro lugar, mientras EL PUEBLO sigue padeciendo hambruna, desprotección e indefensión asoladora.
Algún día “los cristianos” habrán de dar cuenta ante Dios de no solamente no orar por el Gobierno y no apoyarlo fehacientemente, sino además, de aliarse siempre, consciente o inconscientemente con los sectores más asesinos del mundo, pues, Jesús aseguró que “a los pobres siempre lo tendríamos con nosotros”, y él mismo priorizó y dio preferencia al pobre para protegerlo de los ruralistas, ricos y hacendados, politiqueros y corruptores de antes, siempre presentes en nuestra civilización “cristiana y occidental”.